Las etiquetas del futuro ya están aquí: cambian de color para decirte si la comida está o no en buen estado

De un filete con mal aspecto a una startup biotecnológica que busca acabar con el desperdicio de comida

Una etiqueta inteligente que cambia de color para indicar el estado de conservación de la comida. Puede parecer una idea sacada de alguna película como “Regreso al futuro”, pero ya es una realidad. Oscillum, finalista de Alhambra Venture 2022, es la responsable de este proyecto. Cuando la etiqueta está amarilla el alimento es óptimo para el consumo, cuando se pone verde habría que comerlo pronto y si está azul se desaconseja la ingesta. 

Sus creadores, Pablo Sosa, Pilar Granado y Luis Chimeno, son tres biotecnológos que vivían juntos allá por 2017. Un día, Pablo quería comerse un filete que no tenía muy buen aspecto. El color había cambiado, ya no era tan rojo y el olor del producto se notaba algo diferente. Ante esta situación muchas veces preferimos tirar el alimento, ya que pensamos que podemos intoxicarnos, pero ese día Pablo no tenía nada más para comer, así que se arriesgó. 

Como biotecnólogos sabían que el olor y el color son propiedades organolépticas, dan información de la calidad y la frescura del producto, pero no eran indicativo de que el producto estuviese malo. Pablo se comió ese filete y resultó que no tuvo ningún problema. En ese momento empezaron a darse cuenta de la cantidad de comida que se tira porque no tenemos información en tiempo real sobre su estado. “A veces un producto que mantiene el color y el olor característico puede estar contaminado y otro que ha perdido esa frescura puede ser perfectamente consumible”, señalan. Y en ese momento nació Oscillum.

Confiesan que los tres fundadores tienen una visión muy similar en cuanto a la ciencia y su aplicación en la sociedad. “Teníamos claro que nos gustaría trabajar desarrollando algo que pueda aplicarse en el día a día de las personas y así fue, poco a poco nos picó el gusanillo del emprendimiento”. De una lista de más de 50 ideas de proyectos, la etiqueta inteligente fue la idea que tenía un mayor enfoque a mercado, una necesidad clara y la más factible técnicamente con los recursos que tenían.  Después de 2 años de investigación, fundaron la startup en 2019. 

El objetivo de esta empresa alicantina es desarrollar herramientas que aporten información en tiempo real. La primera tecnología desarrollada por Oscillum es esta etiqueta inteligente que se pone en contacto con los alimentos y va cambiando de color en función de parámetros de calidad, frescura y seguridad. Actualmente la tecnología funciona para carne y pescado fresco y congelado, y están adaptándolo para frutas; inicialmente mango, aguacate y nectarina.

Esta tecnología viene a solventar un gran problema del malgasto de alimentos y así como las intoxicaciones alimentarias. “Se estima que alrededor de 1700 toneladas de alimentos acaban en la basura con unas emisiones asociadas de 3500 toneladas de CO2eq/año. En 2021 cada español desecho más de 61 kg de comida en buen estado, mientras que en el mundo murieron más de 22 millones de personas derivado de la falta de alimentos”, exponen sus creadores. 

Sus clientes potenciales son productores y retailers, Aunque la tecnología es funcional y aporta información a todos los participantes de la cadena de valor agroalimentaria. De esta forma dan información sobre los alimentos en cada punto permitiendo conocer si alguno de esos productos ha incurrido algún fallo que acelere el proceso de pérdida de calidad del alimento, pero también es muy útil para el consumidor en el hogar.

Para esta empresa su éxito reside en el timing adecuado de la tecnología. Además, se diferencia de la competencia por la medida directa y el uso de sensores específicos. “Mientras que la mayoría de las tecnologías intentan dar información simulando lo que podría estar pasando en el alimento, nosotros somos capaces de medir lo que ocurre metabólicamente en el producto para dar una lectura más precisa”, subrayan. Además, Oscillum no es solo funcional en productos envasados, también lo es cuando se abren los envases e incluso en productos a granel.

Actualmente la startup está en proceso de optimización y diseño de escalado industrial. Ya trabajan con empresas con las que están definiendo el proceso para su producción a gran escala. Además, están inmersos en un proceso de homologación para conseguir las autorizaciones que les permitan alcanzar los hogares de los consumidores. A corto plazo, esperan cerrar acuerdos pre-comerciales que les permitan alcanzar los hogares rápidamente y han comenzado el diseño de las pruebas pilotos con potenciales clientes.

Mirando hacia el futuro, tienen claro que quieren “adaptar nuestra tecnología a la mayoría de los productos posibles que tengan interés comercial. Nuestro objetivo será incluir también verduras, lácteos, productos procesados, productos veganos e incluso para las sobras cocinadas. El objetivo es convertirnos poco a poco en un parámetros más específico, preciso y eficaz que las fechas con las que cuentan los envases actualmente”, defienden.

Además, la visión de los fundadores es convertirse en una gran biotecnológica que solvente problemas en diferentes áreas de trabajo y desarrollo por ejemplo soluciones para el sector farmacéutico, cosmético o logístico, ya que obtener información en tiempo real es un activo transversal a muchos sectores.

En esta edición de Alhambra Venture buscan ampliar su red de contactos y mostrar su tecnología a potenciales inversores interesados en apostar por nuevas herramientas que ayuden a cambiar el paradigma de la industria agroalimentaria volviéndola un sector más sostenible. Además, esperan poder conectar con más clientes y potenciales socios para poder acelerar la entrada en el mercado. 

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